Echenique, el número dos de Botín, dice que «estaba durmiendo» cuando Santander compró Popular
Se contradice con la presidenta del banco: niega que liderara la negociación con Popular en 2016
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Rodrigo Echenique, el hombre de confianza de Ana Botín y de su padre, Emilio, en el Banco Santander, aseguró el jueves en la Audiencia Nacional que «estaba durmiendo» cuando el banco hizo la oferta a la JUR para quedarse con el Popular por un euro y que se enteró cuando se despertó el 7 de junio de 2017. Además, contradijo a la presidenta del banco al negar que él se encargara de las conversaciones fallidas con Ángel Ron en 2016 para comprar el Popular entonces.
Durante su declaración como testigo en el ‘caso Popular’ ante el juez José Luis Calama de la Audiencia Nacional, Echenique fue preguntado sobre por qué se amplió el plazo para presentar ofertas por el Popular a la JUR (Junta Única de Resolución europea) en la fatídica noche del 6 al 7 de junio de 2017. Inicialmente, la hora tope eran las 12 de la noche, pero la puja del Santander se presentó a las 3 AM.
Su respuesta fue que no sabe por qué se alargó el plazo porque «estaba
durmiendo». Y añadió que se enteró de que el Santander había comprado el Popular «por la mañana cuando me levanté». No recuerda quién se lo contó, solo que le convocaron a una reunión para informarle de la operación.
En su declaración de la semana pasada, Ana Botín aseguró que la JUR les notificó que se ampliaba el plazo para poder redactar todos los contratos y documentos legales necesarios para completar la adquisición. Asimismo, la presidenta del Santander señaló a Echenique como líder de los equipos que realizaron esta operación, algo que casa mal con que estuviera durmiendo en la noche decisiva.
Echenique contradice a Botín: no negoció la compra del Popular en 2016
No fue el único punto en que el entonces vicepresidente del Santander contradijo a la declaración judicial de Botín: también negó que liderara las conversaciones mantenidas en 2016 con Popular, bajo la presidencia todavía de Ángel Ron, para una posible adquisición. El juez Calama le recordó que «la señora Botín dijo que quien pilotó el intercambio de información fue usted. Y que intercambió información de “alto nivel”. ¿Nos puede dar los detalles? «. A lo que Echenique respondió que «no es cierto que yo me ocupase de pilotar esas conversaciones. Me lo debió de decir, pero yo no le di importancia. Y ella no le volvió a preguntar sobre este tema».
El juez insistió en que Ana Botin dijo que él lo lideró. Y Echenique respondió que «yo no hice absolutamente nada y la señora Botín tampoco me preguntó por eso. No es cierto que me reportasen a mí los departamentos estratégicos». «No estaba al tanto de una posible compra del Banco Popular», concluyó Echenique.
Estas contradicciones son muy llamativas teniendo en cuenta que Rodrigo Echenique fue el gran valedor de Ana Botín para que sucediera a su padre en la presidencia del Santander cuando este falleció en septiembre de 2014. De hecho, era el confidente de Emilio, el guardián de sus secretos y al que encargaba las misiones más delicadas, como negociar con Madoff en 2008 para intentar que el Santander puediera sacar el dinero (2.300 millones) invertido en sus fondos y que había colocado a los VIP españoles antes de que se descubriera que eran un fraude y estallara el escándalo. Asimismo, fue presidente por delegación suya de NH, Metrovacesa y Vocento.
El gran valedor de Ana Botín como presidenta
Otro ejemplo fue el del 19 de junio de 1992, cuando Botín fue llamado a declarar en la Audiencia Nacional por las cesiones de crédito. Según una versión, ese día Echenique depositó varios miles de millones de pesetas en la sucursal del Santander de la calle Génova de Madrid por si había que pagar fianza en caso de que el juez Moreiras ordenara prisión provisional para su jefe. Hay otra versión que va aún más lejos y asegura que estuvo en un furgón blindado cargado de dinero dando vueltas por los alrededores del tribunal durante las horas que se prolongó la declaración.
Tal era su nivel de amistad, que Emilio Botín le nombró su albacea testamentaria. Cuando se produjo su repentino fallecimiento, Echenique fue el valedor de Ana como nueva presidenta, pese a que algunos de sus hermanos también aspiraban al puesto. Tras la muerte de Emilio, Echenique maniobró a toda velocidad: hizo venir a Ana de Londres a toda prisa (allí presidía la filial Santander UK), convocó a la comisión de nombramientos y llevó al consejo su nombramiento inmediato. Su hermano Javier, el mejor colocado a priori y que se encontraba en Brasil, no tuvo ninguna opción.
Agradecida por su apoyo, Ana lo convirtió en su número dos y lo premió con la presidencia de Metrovacesa y, sobre todo, la del Banco Popular tras comprarlo en junio de 2017, en detrimento de su número dos en Banesto, José García Cantera. Y conservó su posición de consejero privilegiado que había tenido con su padre, a pesar de ir eliminando al resto de la vieja guardia. La actual presidenta siempre se ha mostrado cariñosa con Echenique, a quien se ha referido en más de una ocasión como su principal apoyo en la presidencia.
Con el fichaje de Andrea Orcel para consejero delegado del Santander en 2018, Ana Botín anunció la jubilación de Echenique como presidente de Santander España en enero de 2019. Pero la marcha atrás en la contratación del banquero italiano la obligó a pedir al hombre de confianza de su padre que continuara unos meses más en su puesto. Finalmente, en noviembre del año pasado se consumó su sustitución por Luis Isasi, hasta entonces presidente de Morgan Stanley en España.